Conociendo el Tren Sabores Vino & Espumante
Mi experiencia en el Tren Sabores Vino & Espumante
Un viaje a Molina y la Viña Echeverría
El pasado sábado 17 de febrero participé de un viaje de prensa gracias a la invitación de Sernatur Maule. Éramos un grupo de blogueros y periodistas que teníamos la misión de conocer la experiencia que ofrece Tren Central Chile en su tren turístico Sabores Vino & Espumante. Sí, como se pueden imaginar, te subes a un tren en el que vas catando diferentes cepas de espumante, mientras viajas por tres horas al poblado de Molina. Luego de eso, entras a la Viña Echeverría, en la que te ensañan de forma muy detalla los procesos de elaboración de sus diferentes vinos y espumantes. El día se termina con un almuerzo campestre y juegos típicos donde participas por botellas de la viña.
Al ser mi primer viaje de prensa oficial, debo confesar que mis expectativas eran altas. Si se fueron cumpliendo o no lo podrán leer en el siguiente relato. Por el contrario, si sólo quieren los detalles del servicio, pueden ir directo al final de esta estrada donde hay un resumen del itinerario y los precios (que por supuesto también pueden leer en la página oficial de Tren Central o en este link).
El viaje en tren.
Todo comienza a las 09:10 hrs. cuando parte el tren desde Estación Central. Entendí que tiene capacidad para más de 100 personas. Quizás para 150. Aunque cuando fuimos nosotros creo que éramos unos 80. En el tren te dan la bienvenida y lo primero que te entregan es la copa que usarás para las degustaciones a bordo y un pack de snacks que servirán de desayuno o tentempié para el viaje que dura tres horas. La vista es linda, aunque con el brillo del sol en las ventanas no da para sacar fotos.
La primera degustación es antes de las 11 de la mañana. Un horario muy poco común para ponerse a beber, pero qué va, si a eso fuimos había que probarlo todo. Las chicas que te sirven se saben el discurso al revés y al derecho. Te pueden responder cualquier pregunta que les hagas respecto de la botella que tiene en la mano. El viaje también va acompañado de música en vivo. Un joven con un saxofón interpretó varios temas que pudimos reconocer ya que todos están en el inconsciente colectivo. Si bien era buen músico, debo decir que después de un rato me empezó a marear y hubiese preferido que pusieran música ambiente con un volumen más bajo.
En el trayecto, probamos tres espumantes de la línea Nina (un rosé, un brut, y un demi sec). Mi favorito, quizás por costumbre, fue el brut. Aunque el rosé me sorprendió. Todos tuve que acompañarlos con alguno de los snacks, porque sino habría llegado tambaleando a Molina (digo yo, que soy debilucha).
Al rato ya se sienten las tres horas, pero como dentro del equipo también estaba Fran de La Vida Nómade y Rosi de Nós no Chile, como representantes de AChileTB, el viaje se hizo mucho más liviano con la conversación y la buena onda.
La recepción.
Cuando llegamos a la estación de trenes de Molina, nos esperaba ahí mismo una comitiva encabezada por la alcaldesa Priscilla Castillo y el dueño de la Viña Echeverría, Roberto Echeverría. Ambos dieron discursos de bienvenida e incluso la alcaldesa se dio el tiempo de responder nuestras preguntas. Nos contaron que este es un tour que se realiza una vez al mes hace ya un año y medio, y que ha servido para potenciar la zona como atractivo turístico dentro del circuito enológico chileno.
La recepción fue acompañada por un grupo folclórico oriundo de Molina, quienes tocaron música en vivo y bailaron cueca. Un show bien bonito para quienes no conocen las tradiciones chilenas. Me gustó el empeño y el cariño que se notaba detrás de la organización. Sus caras sonrientes y sus «gracias por venir» llenaron la mañana.
Viña Echeverría.
Desde la estación de trenes hasta la viña te llevan en buses que demoran no más de cinco minutos. Yo feliz habría hecho ese trayecto caminando, pero se entiende que parte del servicio es que todo sea lo más cómodo posible para el turista, así que acepto lo de los buses (además que, claro, me imagino cómo será en invierno).
Llegando a la Viña Echeverría, don Roberto, el dueño, le explica al grupo completo el proceso de elaboración de sus espumantes, y destaca las diferencias entre los dos métodos que manejan (el tradicional y el charmat) para luego explicar las variedades que ofrecen respecto a los azúcares que contienen. Hay lugares para sentarse pero la mayoría de la gente queda de pie. Durante este rato, las chicas pasan ofreciendo una variedad de espumante que no puede catalogarse como espumante porque tiene un proceso diferente. No recuerdo su nombre, pero básicamente era un jugo de uva ligeramente fermentado. Además, algunos pancitos para llenar el estómago, ya que desde este momento todavía faltan dos horas para el almuerzo. Debo decir que estas explicaciones se me hicieron un poco largas, por lo que perdí la concentración a la mitad y tuve que caminar por la viña para no aburrirme (donde aproveché de sacar muchas fotos, jeje).
Otro punto importante de esta etapa es que me di cuenta que habían algunos niños pequeños acompañando a sus papás en todo el tour. Mi recomendación acá es muy clara: si bien es un paseo apto para toda la familia, mejor no lleve niños menores de 12 años. Los que vi estaban evidentemente aburridos, metiendo ruido, inquietos. Una pena para ellos y una preocupación para sus papás.
La elaboración del espumante.
Luego de la explicación de don Roberto, te separan en grupos de aprox. 20-25 personas, y a cada grupo lo llevan a una «estación» diferente, en la que conoces de cerca cada etapa del procesos de elaboración. En cada etapa hay un experto encargado que te recibe, relata los detalles y responde tus preguntas.
Desde esta parte, empiezan a repartir papelitos a quienes más participan en cada etapa. Te explican que al finalizar el almuerzo se sorteará un botellón de vino, y esos papelitos son los números para el sorteo. Así, mientras más participas (haciendo preguntas por ejemplo) más posibilidades tienes de llevarte el botellón, que se ve muuuy tentador.
Las diferentes estaciones son: extracción del jugo de la uva, fermentación en cubas de acero inoxidable, bodega de fermentación en botellas por el método tradicional, y descorche y cata. En cada etapa te hablan del proceso, las temperaturas, las azúcares y levaduras, etc.
Creo que esta fue la parte que más me gustó de todo el tour. Sólo habría esperado que existiese una etapa previa a la extracción del jugo, en el que te llevaran a las parras y te hablaran de las épocas de vendimia o algo así. Sin embargo, todo estuvo excelente y quienes respondían tus preguntas era muy amables y de verdad conocían su parte del proceso. Sin duda esta parte fue la que más valoré del viaje completo. Acá les dejo algunas fotos.
Sobre el almuerzo en la viña.
A las dos de la tarde, y luego de haber pasado por todas las estaciones de la elaboración del espumante, toca ir a almorzar. En la misma viña hay reservado un espacio con mesas redondas-estilo-matrimonio en donde te sirven un almuerzo campestre en el cual toca probar los vinos. Durante todo el almuerzo hubo un señor tocando guitarra y cantando (haciendo cantar al público también) que se turnaba con Roberto Echeverría quien hablaba sobre las diferentes cepas del vino y cómo catarlo.
De entrada hubo empanada de pino (para mí, lo mejor del almuerzo). De fondo carne ¿mechada? con papas cocidas y verduras. Y de postre una macedonia de frutas. Claramente el almuerzo no es lo que deslumbra del viaje; pero no es tampoco el foco de la experiencia.
Varias personas compartieron sus anécdotas animadas por las preguntas de don Roberto, y quienes estaban ahí con motivo de alguna celebración (habían cumpleaños y aniversarios de matrimonio) se llevaron una botella de vino. Al finalizar, se hizo el sorteo del botellón y pasamos a ver una muestra de artesanías y juegos criollos. Aquí, la gente también participaba por botellas de vino. Vi familias que salieron cargadas de cinco o más botellas.
La fiesta en el tren.
Cuando pensé que todo se había acabado, porque ya nos encontrábamos en el tren de regreso a Santiago, las chicas nos avisan que habrá dos degustaciones más y que el DJ ya está en el vagón de la cafetería animando la fiesta. Me sorprendió lo animados que estaban algunos bailando los hits del momento y tomando espumante de la barra libre. Cantaban y se sacaban fotos. Por otra parte, los que eran más tranquilos podían seguir en el vagón habitual con la compañía del saxofonista. Así que había para todos los gustos.
Yo, después de pasar un rato en la fiesta (donde me tomé mi última copa) volví a mi asiento y me dormí como una hora. Abrí el ultimo snack porque me había dado hambre de nuevo y saqué las últimas fotos. La llegada a Estación Central es a las 20:10 hrs. Al ser un tren, los horarios se respetan (y eso me gusta mucha). Todos se despiden, te agradecen la visita y ya es hora de volver a casa.
Volví con la sensación de haber pasado un sábado distinto, en el que aprendí bastante. No puedo dejar de destacar la calidad de los espumantes. Yo no soy experta, pero sí puedo distinguir la suavidad, algunos sabores, y la delicadeza de las burbujas. Y estos eran todos buenos.
Itinerario y lo que se incluye.
Horario de salida: 09:10 hrs.
Horario de llegada: 20:10 hrs.
Pasaje ida y vuelta a Molina
Música en vivo a bordo del tren
Snack a bordo
Servicio de cafetería incluido
Copa de regalo
Degustaciones de espumantes al interior del tren
Actividades culturales en la Estación Molina
Traslado en buses hasta Viña Echeverría
Recorrido por la viña
Degustación de espumantes
Almuerzo al interior de la viña
Degustación de vinos tranquilos
Muestra artesanal y cultural al interior de la viña
Juegos criollos
Muestra artesanal de la zona
Venta de vinos y espumantes a precio de bodega
Regreso a estación Molina
Fiesta al interior del tren desde Molina con DJ en vivo
Degustaciones de espumantes
Precios.
Clase Preferente: $69.900 clp
Clase Salón: $59.900 clp
Vuelvo a agradecer la invitación de Sernatur Maule a vivir esta experiencia. También al personal de Tren Central y de la Viña Echeverría, quienes se portaron excelente con nosotros y nos entregaron un servicio de primera. Cabe destacar que Tren Central también ofrece otra experiencia llamada Tren Sabores del Valle, en el que vas a catar vinos al valle de Colchagua.
¡OJO! En marzo los trenes turísticos estarán con viajes especiales para la fiesta vendimia.
¡Me gusta viajar por Chile y conocer nuestras tradiciones! Nuestro país tiene TANTO que ofrecer. Cuéntenme, viajeros, ¿qué les pareció esta experiencia? ¿La conocían? ¿Se animan a vivirla?
Hola. Buenas noches. Soy de Argentina y aunque estamos en epoca de pandemia y prohibido viajar, quiero compartirles mi experiencia. Hace 2 o 3 años tuve oportunidad de , aparte de hacer el recorrido del Tren del Recuerdo, viajar en el tren Sabores del Valle a San Fernando. me toco estar en un grupo chico que ibamos a la Viña Montt Grass. Previo a eso, junto a una joven brasilera de la que me hice amigo en el viaje, de recorrer y conocer el museo que esta frente a la plaza. fueron experiencias muy lindas, tanto la compañia como conocer el museo y la viña. Nos toco un dia a pleno sol y lo disfrutamos mucho. ahora estoy recopilando datos para hacer el servicio Vino y Espumante si coinciden las fechas. He viajado varias veces en los ultimos años, tuve el placer de estar en la celebracion de Fiestas Patrias y siempre es bueno conocer algo nuevo. Lo proximo a hacer es visitar las casas de Neruda en Valparaiso e Isla Negra y un recorrido por los distintos cerros de Valparaiso. Gracias por la buena atencion a los turistas y la disposicion para hacernos mas placentera la estadia. Gracias y cuidense para volver a vernos.
Hola Luis. Qué alegría leer tu comentario.
Yo no he hecho el Tren del Recuerdo y es uno de mis MUST cuando se acabe la pandemia (mi mamá muere por ir).
Lamentablemente este año las fiestas patrias ya se están «cancelando», así que habrá que esperar a una próxima celebración, pero de seguro que cuando todo vuelva a la «nueva normalidad» abrirán las casas de Neruda y podrás verlas. Son hermosas esas dos!
Saludos!