Ideas sobre Malasia (o bien: Malasia por arriba, Malasia por abajo)

Malasia por arriba, Malasia por abajo.

Ideas sobre Malasia, para no llegar tan perdido.

Llegué a este país de veintisiete millones de habitantes con muy pocas expectativas. Y es que Malasia era el destino obligado después de haber decidido empezar a subir desde Singapur hacia el resto de los países del Sudeste Asiático. Pero no, ideas sobre Malasia, así concretas, no tenía ninguna.

Lo único que sabía de ella era que en su capital, Kuala Lumpur, podía ver las Torres Petronas, y que en alguna parte de la isla de Borneo iba a poder ver orangutanes (no se entusiasmen, que todavía no voy para allá). Nada más. El resto eran nociones que fui teniendo en el camino, como que Malasia era más barata que Singpaur y entonces era un perfecto lugar para echar bencina. O como que sus habitantes eran principalmente musulmanes.

Ideas sobre Malasia

Pero luego de una investigación rápida, un día antes de llegar, me di cuenta que habría mucho más que hacer allá, y que de seguro algo me iba a perder, porque en total le dediqué sólo doce días a la parte peninsular. Malasia, un país de contrastes, tenía mucho que ofrecer y yo la miré en menos.

Las Primeras Ideas sobre Malasia.

Malasia es la tierra en la que conviven en armonía tres culturas: malaya, china e india. Y su gente suele siempre identificarse con una. Ellos no te dicen «yo soy de Malasia». Te dicen que ellos son chinos de Malasia, o indios de Malasia. Y así. Y entonces yo me pregunto ¿y dónde quedó el patriotismo? Al parecer les falta un poco de identidad país, probablemente porque como nación son jóvenes: recién en 1965 se conformó como la conocemos ahora, tras la expulsión de Singapur. Aunque puedes ver su bandera cada tres cuadras, que siempre les recordará que hace muy poco seguían siendo colonia del Reino Unido.

Ideas sobre Malasia

Malasia, como dije antes, me dio la idea de ser un país de contrastes. Tuve esta sensación en todos los lugares que visité: Kuala Lumpur, Taman Negara, Cameron Highlands y la isla de Penang.

Cuando vas caminando por sus calles y miras a tu al rededor ves a esa gente normal, mayoritariamente pobre, vendiéndote comida en la calle, o algún souvenir. Normalmente son chinos o malayos, porque los indios están adentro de sus restaurantes estilo «mama’s» donde sirven comidas y bebidas de las tres etnias. Esa es la Malasia que ves por abajo. La Malasia más real, más simple, más auténtica. Llena de templos diferentes: mezquitas musulmanas, templos chinos budistas, y templos hinduistas.

Ideas sobre Malasia

Luego en tu caminata se te ocurre mirar hacia arriba. Y te topas con que hay un montón de edificios modernos. Gigantes moles con ventanas que reflejan el cielo. Dentro de ellos están las tiendas lujosas, los malls que venden ropa de marca, los restaurantes caros. Llegas al barrio alto de Kuala Lumpur y te encuentras en otro mundo. Perfectamente podría ser Singapur. O a ratos podría ser Sydney. Sí, así de loco. Lo mismo en Penang: llegas pensando que es una islita simpática llena de graffitis, pero cuando te acercas en el ferry ves un skyline de puros edificios compitiendo por ser uno más alto que otro.

Ideas sobre Malasia

Luces, sabores y olores.

Pero no hay que dejarse deslumbrar por aquello. Vuelves a bajar la cabeza y ves Malasia por abajo: un templo hinduísta con sus colores y olores a incienso y quién sabe qué más. Regresas al barrio chino y ahí están los vendedores regateando precios, ofreciéndote relojes y billeteras y souvenirs. Malasia por arriba, en tanto, se vale de los juego de luces para demostrarte que son una potencia económica del Sudeste. Basta con ver las Petronas, un orgullo nacional.

Y en Cameron Highlands cuando miras hacia abajo ves las plantaciones de té maravillosas, con sus trabajadores laboriosos cosechando, un pueblo mágico. Pero subes la mirada y en la calle principal hay un café Starbucks ofreciéndote «western food», mientras que a su lado está el restaurante indio que los turistas repletan, por ser más auténtico y más barato. Malasia por arriba te dice «venga, acá estamos esperándote, somos grandes, somos únicos». Malasia por abajo te dice «bueno, si no te gusta el spicy te acostumbras no más, porque así comemos nosotros, porque esto es lo real».

Ideas sobre Malasia

Malasia tiene mucho que ofrecer, para todos los gustos y para todos los bolsillos. Pero hay que estar preparado para enfrentar -y entender- sus magníficos contrastes. Yo los invito a mezclarse con el mundo de abajo, que fue el que me gustó más. Su comida es fenomenal (¡cómo extraño los rotee con plátano y miel en las mañanas!), su gente es amable, sus templos son acogedores.

¿Y tú? ¿Ya fuiste a Malasia? ¿Qué piensas de ella? ¿Y si no, qué Malasia crees que te gustará más, la de arriba o la de abajo? No olvides que cualquier duda o comentario que tengas, puedes escribirlo aquí abajo. ¡Saludos viajeros!

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Viajando Lento por Nicole Etchart Opitz se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.