Yo viajo porque…
Yo viajo porque…
No.
No tengo una respuesta clara al ¿por qué viajas? Menos tengo una al ¿por qué quieres dedicar tu vida a eso, dejando tu -buen- trabajo y familia de lado? Pero hay un algo ahí, un noséqué que me tira de las piernas y me fuerza a tener alas. No. No sé. No lo tengo claro. Pero, ¿saben? no me urge aclararlo todavía. Yo viajo porque…
Dependiendo del día –del clima, del cansancio o del calendario lunar– tengo una respuesta diferente a la pregunta:
– … porque me ahogo
– … porque no sé qué hacer en Chile
– … porque quiero conocer culturas nuevas
– … porque necesito encontrarme
– … porque soy un alma libre
– … porque qué sé ssshooo!
O porque el mundo es tan grande y uno tan pequeño, jaja.
Y así, me voy descubriendo y entendiendo sola, luego de conversaciones largas con esa gente que me pregunta sobre mis razones, porque como he dicho, quizás, soy re mala para el autoanálisis y me cuesta encontrar mis propias respuestas sola. Presiento que un buen psicólogo podría dar con mis verdaderas razones si se dedicara a leer detenidamente todos los post de este blog.
Yo viajo porque un día, nosécómo, me di cuenta que tenía que hacerlo. Me di cuenta que era algo que me llenaba en serio. No me gusta la monotonía, lo fácil, lo cómodo: me aburre todo eso. Me gusta lo nuevo, lo desafiante, lo diferente. Y viajando-lento encuentro eso y más. Conozco gente nueva, espacios nuevos, comidas nuevas, sensaciones nuevas. Un ir y venir de sensaciones nuevas. Se me eriza la piel al pensarlo.
Yo viajo porque, la verdad, no me veo haciendo otra cosa en un futuro cercano. Para mí, el pasado ya pasó y fue lo que tenía que ser, ni más, ni menos. Por su parte, el futuro es incierto, no existe y no está predeterminado. Por lo tanto, lo único que me queda es el presente en mis propias manos. Mío y sólo mío. Y entonces ¿qué más queda si no es aprovecharlo a fondo? No sé qué pueda pasar mañana con mi vida, por lo que mi aquí y mi ahora es lo único en lo que puedo ejercer algo de control.
Además, soy media solitaria. No me aferro mucho ni a las cosas ni a la gente. Y eso es una ventaja considerable en este oficio. Uno al viajar aprende a conocerse a sí mismo, a valerse por sí mismo y a deberse las explicaciones a uno mismo. Y yo en eso estoy algo avanzada. No creo que sea una cosa de crianza o algo así, ah. Como que las vueltas de la vida me moldearon de esta forma, y no fue tanto una cosa familiar o de la niñez.
Al mismo tiempo, soy sociable. Hago amigos de forma fácil. Soy liviana y por eso no suelo tener problemas con la gente en general, lo que es otra ventaja considerable.
Desde otra mirada, yo viajo porque me gusta la gente. Me encanta (encantar de encantamiento, de hechizo) la gente. Puedo pasarme horas sentada en un (inserte algún lugar aquí) mirando a la gente pasar, viendo sus reacciones y sus interacciones, tratando de escribirles una historia en mi cabeza. Viajando puedo descubrir gente nueva con su distintas formas de vivir y convivir. Viajando puedo detenerme en nuevas plazas, en nuevas estaciones de metro, en nuevas carreteras, en nuevas playas, y conocer a esa nueva gente. Quién sabe si quizás logro reconocerme en alguna de ellas.
Me pasa que me ahogo frente a mi computador en la oficina. Me pasa que me aburre levantarme en la mañana para hacer lo mismo que hice ayer. Y estoy segura de que esto me pasará viajando también, no lo niego, no soy taaaaan ingenua. Pero tengo la esperanza de que, al menos, al estar en un constante viaje la vida no se me escapará a través de los dedos, sino que la tendré para mí. O como diría Kevin Johansen:
«No quiero pasar la vida sin que la vida pase a través de mí»
Yo viajo también porque me gusta la incertidumbre. Siento que le pone sabor a la vida. ¿Acaso no sería fome estar claro de todo y con todo? Como he repetido aquí, ¡hay tantas cosas que no sé! Y me gusta eso. Por eso también me gusta aprender cosas nuevas, variadas, de todo un poco. Admito que soy pésima reteniendo información. Como he dicho en otros post, mi memoria es mala mala mala (y por eso me gustan las fotos, porque me ayudan a recordar), y lo que aprendo hoy de seguro se me olvidará mañana. Pero me gusta igual. Me gusta saber sobre algo, un tiempo, sin importar si mañana no lo sabré más.
Hay días en que yo viajo porque perdí el miedo y ya no tengo excusas. Me cansé de esperar a estar preparada y me cansé de esa gente que alguna vez me dijo que no podría hacerlo: por ser mujer, porque tengo un crédito universitario pendiente, por verme tan débil, tan niña, porque el mundo es malo allá afuera. Yo viajo porque le hice, le hago y le haré la batalla a esos prejuicios, siempre.
Finalmente, yo viajo porque para mí la vida se trata de muchas cosas, y una de ellas es hacer lo que nos gusta: viajar me gusta y por eso viajo. Me rehuso a dedicar mi vida a algo que no me guste o que no me llene. Me rehuso a bajar la cabeza y decir sí, asumiendo una realidad que me incomoda, asumiendo un tipo de vida «clásico» impuesto por la sociedad. Mi corazón maquiavelíco -bendito Nicolás– me dice que debo tener mi fin bien clarito, y trazar mi vida paso a paso para lograrlo, cueste lo que cueste. Sé que algunos pueden no estar de acuerdo conmigo en esto de que el fin justifica los medios, pero ya tendremos tiempo de discutirlo en otro post. Por mientras yo, aquí sentada tras mi escritorio, trazo mis jugadas para comenzar mi gran viaje.
Le voy a dar la vuelta al mundo y comenzaré muy pronto.
Espero sus comentarios… sus porqués.
**PS: Este post fue escrito en noviembre del año 2014. Con el tiempo he ido modificando pequeños detalles, cambiando las fotos, agregando razones y re-publicándolo. Pero la esencia es la misma, siempre. Eso no cambia porque yo no he cambiado todavía.
Hola Nico, sigo leyendo tu blog, es muy bueno (absorbente/entretenido)..hay una parte que dice (inserte algún lugar aquí ), eso está bien? XD
Vicente, gracias por la buena onda y buenos comentarios!
Y sí, está bien eso! Jajajaj me refería que podía estar en cualquier lado, onda, el que tú elijas (por eso tú rellenas con la palabra que quieras en ese paréntesis ajajajjaja).
Un saludo!
Cuando se viaja para encontrar al mundo hay que dejar la bandera en casa y ser universal . Se tiende a ver al pais de uno como el centero del universo y no puede ser asi. Hay que abrir el espiritu a todo , entonces encontraras a la gente y tu mismo. Te hara ser rico y mas sensible.. Seras menos ignorante cuando llegues al final de tu vida y te llevaras lo mas preciado de estw mundo.
La riqueza y la carrera material no tiene sentido, son solo cosas que van a la basura y pierden su valor. Manana cuando tengas hijos, inculcale el sentido de la aventura , porque seguiran tus pasos , como un alimento necesario para vivir.
Estoy de acuerdo contigo, Gastón (eres de esos tíos que sólo conozco de nombre, jaja).
Como escribí en algún lugar por ahí, soy chilena de corazón, pero me siento también una ciudadana del mundo y trato de comportarme como tal 🙂
Saludos!
Leer tus historia me hizo recordar una canción que habla de algo que para mi es escencial en la vida: https://youtu.be/Nkgv3LoQY2o (espero que te guste Pearl Jam).
«I know I was born and I know that I will die. The in between is mine. I am mine.»
No creo que un psicólogo de con tus razones, porque son tuyas. Pero si puede ayudarte con pistas para que las encuentres. Mientras las buscas, sigue disfrutando de lo que es tuyo: el amor por viajar.
Un abrazo!
Gracias Gonza! Es esto estoy 🙂
(Y no estoy ni un poco apurada en encontrar esas razones o respuestas, prefiero dejar que fluya).
Un abrazo!
PS: me encantó el tema!!
Me encantó tu reflexión, al terminar de leer quedé motivada para salir de la zona de confort y comenzar con esos proyectos que uno puede tener y que por prejuicios sociales o simplemente el no arriesgarse no los realizamos…tal como tú, puede ser viajar, o vivir en otro país, o un negocio, una pega, infinidad de cosas.
Felicitaciones por atreverse y seguiré leyendo tu blog
Gracias Andrea por los cumplidos 🙂
Y es verdad, la cosa es motivarse y hacer lo que realmente te gusta, no lo que la sociedad te imponga. Y puede ser en relación a cualquier tema como bien dices: estudiar algo, practicar algún deporte, viajar, ser mamá o no ser mamá, trabajar para alguien o trabajar para ti misma.
Tú eres la que decide!
Un abrazo!
Hola Nico,me sentí retratada en tus palabras, tengo 53 años,te contare que viví 8 años en Stgo. y le pedía a mi esposo que me llevara al aeropuerto,sentía esa necesidad de viajar ,hasta el 2008 nuestra única Hija nos invito a Oslo,Ella vive del 2006 allá,fue un sueño,como comprenderás,la clase media en Chile se endeuda un año para vacacionar y en esos años salir de este país era una odisea, Nos llevo a Estocolmo,Dinamarca,Kiel-Alemania y a Gran Canarias,creí que me moría,no lo podía creer,fue tanto la emoción que no quería regresar a Chile e intente auto-perderme en el aeropuerto de Paris,mi esposo estaba trastornado,toda la policía buscándome y Yo entremedio de 2 gringos escondida,mido 1,50 mts.,llore al pisar chile, desde entonces e viajado a ver al Nieto y la Hija y me encanta estar en los aeropuertos,espero este segundo semestre 2016 viajar a Canada o EEUU. despues te cuento.Buen Viaje Amiga.
Hola Nelly.. Qué linda historia! Me recuerda que nunca es tarde para cumplir tus sueños. Creo que vale la pena aguantarse unos años con las vacaciones, y ahorrar tratando de gastar lo menos posible en lujos y cosas materiales, con tal de poder escaparte fuera de Chile (o de Santiago, o de tu ciudad) un ratito. Lo que ganas con esa experiencia será único e irrepetible.
Un abrazo, y espero que me cuentes cuando te vayas al norte de América!
Me siento completamente identificada con tú post Kiwi. A seguir nutriendo el alma, vivir cada día, disfrutar de las cosas nuevas y trabajar por nuestros sueños!
Sigo atenta a las historias de tus aventuras amiga! Te adoro!
Jajajaja, me encanta. Corazones para ti.
Totalmente de acuerdo y siguiendo el mismo plan. Me niego a ser la señora que subió apenas a recibir una piocha por los 40 años de servicio, nop no quiero eso para mí, me provoca mucho más vértigo quedarme quieta que salir a comerme el mundo ☺
Es imagen de la señora que recibe la condecoración de los 40 años es como una pesadilla.
Acabo de descubrir tu blog y me encanta que seas Chilena! buscando info de Australia llegué a tí, tu post sobre «Por qué Viajo» me pasa igual, me encanta y lo quiero hacer parte de mi vida. En menos de un mes emprendo vuelo a Australia a estudiar ingles por varios meses, es un sueño que venia en mi mente por años, cuando lo materializas y lo haces realidad, cada minuto y día antes de tu viaje, se vuelve adrenalínico. En tu blog encontré algunas respuestas a mis viajes! Gracias! te seguiré leyendo linda!
Hola Teresa.
¡Qué lindo leerte! Me alegra saber que has encontrado respuestas, que te has identificado y que he podido ayudar. ¡Misión cumplida para mí! jajaja.
Éxito en Australia… si estás con esa buena energía que logro leer en tus palabras, te va a ir bacán, porque todo es cuestión de actitud 😀
¡Un abrazo!
Hola Nico, acabo de dejar mi trabajo solo porque me dí cuenta que quiero viajar y no quiero hacer otra cosa por lo menos por ahora. Mi primer destino es la India, luego Nepal, Tailandia y ver que pasa en el camino, no tengo nada definido aún y dí con tu blog de casualidad y me siento muy identificado con tus razones. Gracias por compartir tus experiencias de viaje ya que a quienes estamos comenzando este camino nos da animo y nos alienta a seguir. En cuanto llegue a la india y ando por esos lares te volveré a escribir y contar mi experiencia.
Hola Samuel.
Qué alegría saber que cada vez son más personas las que se atreven a cumplir sus sueños, sin importar los miedos que puede provocar el dejar un trabajo o cambiar tu rutina. ¡Eres un valiente!
Estaré esperando tus noticias desde India entonces.
Saludos y mil éxitos en esta aventura.