¿Cuántas veces un plan de vida puede cambiar?
Yo no sé. Estoy perdida.
Es como tercera vez que cambio de planes. Otra vez hay algo que me aqueja o me hace ver que no estoy lista para partir. Quizás es el miedo, quizás es la culpa. Pero no quiero aceptarlo. Prefiero decir que fue mi falta de organización. No junté la plata necesaria, me confié de cosas que no debía confiarme (los kilómetros lanpass, por ejemplo), no me ordené con trámites básicos como las vacunas, etc.
Ahora escribo tranquila (desde mi oficina como siempre), pero hace unas semanas estaba mal mal mal. Ya me había hecho la idea de «empezar el gran viaje» muy pronto, pero cuando me di cuenta que no iba a poder me hundí. Me la lloré toda y tenía los sentimientos a flor de piel. Hasta empecé a fallar en el trabajo (con cosas chicas, por suerte). Es que no me podía concentrar. Mi mente quería irse pronto, y el saber que debía espera al menos 6 meses más me mataba. Escrito así no suena tan mal, pero yo pensaba que de nuevo «el sueño de mi vida» se escapaba de mis manos.
Como decía, ahora estoy tranquila, ya lo asumí: viajaré en 6 meses más, probablemente en febrero 2016. Se supone que en esa fecha tendré más plata. DEBO haber juntado más… ¡es que me cuesta tanto ahorrar!. Soy un desastre en eso. De verdad espero que cuando esté en «modo viaje» logre cambiar el switch y pueda viajar con el presupuesto mochilero del que todos hablan.
¿Cuántas veces un plan de vida puede cambiar?
Miles, por lo que me he dado cuenta. Siempre hay factores externos que te empujan a tomar nuevas decisiones. Y por supuesto están los factores internos que son más fuertes y que te llevan a replantearte todos tus planes de vida. Somos humanos, seres pensantes, con emociones y sensaciones, y por eso dudamos, cambiamos de opinión y de ideas. No tiene que ver con ser «poco consecuentes» con nosotros mismos, para nada. Tiene que ver con un crecimiento personal (o como quieran llamarlo).
Aunque espero que mis próximas entradas se traten de los preparativos -tangibles- de mi gran viaje, no me sorprendería que en unos meses más me vea a mí misma escribiendo acerca de un nuevo cambio de plan. ¿Pero, saben? Quizás ahora son cambios difíciles, sin embargo, creo que cuando ya esté en ruta los cambios de planes serán los que me acerquen a las aventuras, a las sorpresas, a la magia del vivir viajando. Veamos qué pasa.